(continuación…)
No hay nada que guste más a alguien poco avezado en el uso de tipos móviles que componer con letras de madera del mayor tamaño posible, así que con esa idea me planteé la última de las composiciones del “Workshop Año Gutenberg «. El otro punto de partida para la última de las propuestas sería que el montaje fuera muy sencillo, ya que en el caso de los posavasos el molde vendría preparado de BunkerType, y en la composición de la «G» prácticamente no había montaje tipográfico.
Después de ensayar en distintas direcciones –y poca fortuna– se me ocurrió olvidarme de Gutenberg y centrarme sencillamente en las características del alfabeto de mayor tamaño con el que contábamos en el taller de BAU, una grotesca condensada en una versión muy pesada. Una forma muy común en cualquier imprenta que trabajara en cartelería. El paso del tiempo había hecho mella en esas letras de 24 cíceros, colmadas de pequeñas rozaduras y golpes que se transmitían desacomplejadamente en cada impresión.
Para mi sorpresa, muchos de los participantes no advirtieron nada especial –más allá de algún error de impresión propio del sistema manual utilizado-…
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En fin, un autentico placer haber participado activamente en las jornadas, lo cual agradezco especialmente al Sr. Wolfgang Hartmann, a BAU, Centro Universitario de Diseño por todas las facilidades y a la organización del evento en general. Agradecimiento también a todos los participantes de los talleres sin los cuales no hubiera tenido sentido todo lo explicado en estos tres últimos posts.
Finalmente me gustaría agradecer cariñosamente la paciencia, el buen hacer y la amabilidad de Erik Spiekermann, sin duda uno de los más gratos recuerdos que voy a atesorar de estos tres días…
(Y por si se te había escapado a pesar de las pistas- aquí el gran protagonista del evento debidamente camuflado en la letra de su inicial…)