Recién llegado de Leoncavallo donde se celebró la cuarta edición del Letterpress Workers y sin apenas tiempo para digerir la experiencia me apremia la necesidad de escribir estas líneas. Necesito agradecer cuanto antes todo lo vivido; el aprendizaje, la intensidad, el talento y la generosidad que llenaba el increíble espacio en Milan. /// Intento ordenar, sintetizar, buscar un enfoque que condense la experiencia y me doy cuenta de que va a resultar imposible. Asumo mi estado de shock y entiendo como necesaria una descompresión lenta. Ni lo intento. Ceso en mi empeño. Esta vez no seguiré escribiendo. Disculpad. Bastarán (espero) unas breves indicaciones.
El lugar.
Leoncavallo, un espacio que lentamente nos invade. Sin duda alguna uno de los protagonista del evento. Un espacio cargado de historia en el que la densidad se percibe en el ambiente. Cada instante es leve y obsesivo a la vez…
El espacio de trabajo.
El olor a tinta se percibe a medida que uno se acerca a la gran sala de trabajo. Jornadas maratonianas de trabajo, descanso (poco) y diversión al final de la jornada en la que todo es conjunto. Intensidad, densidad… todo es rápido y pausado al mismo tiempo.
Los participantes.
Apenas entiendo sus conversaciones, pero el ambiente de trabajo y convivencia es maravilloso. La generosidad de los participantes con mención especial para los organizadores, el colectivo Nove Punti son impagables.
El proyecto.
Un tema común -en esta edición la música popular- y unos equipos de 3 o 4 integrantes que deberán diseñar, montar e imprimir una cincuentena de ejemplares de su propuesta para que cada uno de nosotros pueda tener la colección completa.
El equipo.
El contexto en el que la convivencia y las largas jornadas de trabajo serán más intensas. No va a ser fácil con mi paupérrimo nivel de inglés, pero me alejo de mi zona de confort (un aspecto del que he aprendido algunas cosas durante estos días). Deberé apañármelas con un danés, un argentino y un inglés a los que no he visto en mi vida… ¡Un gran equipo!
El resultado.
La huella argentina se hace notar en nuestro grupo con la elección del tema: una interpretación del bolero “El Reloj”, de Roberto Cantoral… pero esa será otra historia… habrá otro momento…
Colofón.
Finalmente un montón de sensaciones que el tiempo irá acomodando. Tal vez desde la distancia, en reposo, sea capaz de expresar de un modo más ordenado y sintético parte de lo vivido… aunque quizás sea mejor no hacerlo… Tal vez sea suficiente un sentido grazie ragazzi, arrivederci al prossimo anno.